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"Mi vida apostólica misionera ha estado estrechamente ligada a la defensa de los derechos humanos."

Mi nombre es Henry Ramirez Soler cmf, Soy de origen colombiano, Nací en una familia campesina que migro del campo a la Ciudad, mis padres de Origen Campesino se fueron a vivir a Bogotá, fruto de este matrimonio nacimos mi Hermana Aurora y Yo.

Mi Padre Murió cuando yo tenía 6 años y mi madre cuando yo tenía 11 años, tanto mi padre y mi madre eran personas de fe, trabajadores y sensibles, de mi madre puede percibir su alta sensibilidad social, solidaria y política.

Quedar huérfano a tan temprana edad nos hizo crecer en autonomía y libertad, a pesar de quedar sin padres, nunca sentimos el abandono de la familia, mis tíos nos apoyaron para continuar nuestras vidas. Jamás me he sentido abandonado por Dios.

Desde Temprana edad participe en los grupos infantiles y en el grupo de acólitos de la parroquia San Bernardino de Bosa, que es animada por los misioneros Claretianos.

A los Misioneros los conocí cuando tenía 10 años e ingrese al grupo de los acólitos de la parroquia, al morir mi madre continúe en los grupos, cuando tenía 13 años inicie a participar en grupos de ayuda social del barrio, que acompañaban sectores más desfavorecidos que el nuestro. Allí realizábamos jornadas de salud, recreación para niños y niñas. Cuando tenía 15 años inicie a participar de los grupos juveniles de los claretianos y de los grupos de los movimientos sociales en el sector.

Desde niño sentí inclinación por la vida religiosa, jugaba a celebrar la misa y también a ayudar a las personas, por ello siempre mi experiencia de fe ha tenido un alto sentido social. Cuando estábamos en los grupos juveniles denunciábamos el asesinato de jóvenes de nuestros barrios y por ello poco a poco me fui involucrando en la defensa de los derechos humanos.

Cuando tenía 10 años conocí a un joven claretiano que me hablo de las misiones y me dijo cuándo tuviera 16 podría participar de las jornadas misioneras en sitios muy alejados y que sufrían la violencia. Por ello cuando cumplí los 16 me acerqué al promotor vocacional de los claretianos y le dije que yo quería ser misionero.

Ya estaba terminando el Bachillerato cuando, puede participar en una experiencia misionera entre campesinos e indígenas que sufrían los rigores de la guerra en Colombia, fue para un tiempo de Navidad en la que pude convivir por 8 días en las casas de los campesinos. Esa experiencia y lo que venía haciendo en mi barrio y parroquia me convencieron que debería ser misionero.





Desde ese momento mi vida misionera apostólica ha estado vinculada a la defensa de los derechos humanos, al acompañamiento de las víctimas y búsqueda de las personas desaparecidas, Ingresé a la Congregación en el año 1992, inicie mis estudios de filosofía, luego en 1995 realicé mi Noviciado y luego los estudios de Teología, mi primera profesión fue el 20 de enero de 1997.

Cuando inicié mi proceso de formación religiosa, la defensa de los derechos humanos y el acompañamiento a las víctimas no se consideraba un ministerio que se pudiera realizar con una dedicación exclusiva, por eso esta labor la realizaba en mis tiempos libres, en 1997 la provincia reconoce esta labor como un apostolado y desde esa época me he dedicado de tiempo completo a la defensa de los derechos humanos, he ido comprendiendo que la fe tiene una estrecha relación con la vida social y política.

El 13 de octubre de 2001 fue ordenado sacerdote y durante 6 años fue destinado a un pueblo que se llama Medellín del Ariari en el departamento del Meta donde tuve que afrontar años muy duros de guerra y violencia, más de 250 personas fueron asesinadas y unas 120 desaparecidas, esta experiencia aunque muy dura, hizo que reafirmara mi vocación misionera porque los campesinos de la región me ayudaron a profundizar mi fe y a aprender cómo se defienden los derechos humanos y a trabajar con otras organizaciones sociales y sobre todo me mostraron lo importante que es el acompañamiento de la iglesia en estas circunstancias.

En el año 2006 fue enviado a Paris a estudiar sociología y a acompañar a los migrantes latinoamericanos en nuestra parroquia de Lengua Castellana en Paris. Allí estuve por tres años y medio, luego regrese a Colombia donde me involucre en los temas relacionados con el proceso de paz en Colombia. En 2013 fue nombrado como prefecto de apostolado de la provincia Claretiana de Colombia Oriental y Ecuador y desde Abril de 2019 vivo en Estados Unidos donde participo en equipo claretiano ante Naciones Unidas. Actualmente vivo en Jersey City, en la Parroquia san José donde también acompaño a la Comunidad hispana.


Si te gustaría ser acompañado mientras disciernes tu vocación, ponte en contacto con nuestro Director Vocacional hoy! Si conoces a algún hombre joven que está discerniendo su vocación, comparte este artículo con él.



 
 


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